domingo, 28 de noviembre de 2010

Poesía de rendición

Entreabro los ojos vidriosos.
Entiendo.
Envaino las llagas,
lanzas de quebranto que hice mías,
son en mí, no cauterizan.

No van a verme o sentirme más pues,
retomo el libro que, a medias...
aquel que no supe, parado de la intriga
por saber y aún así, cómo acabar...

Otorgo final como el que sabe
que no hay rencor para un mundo,
o el mundo concluso no
resiente que vaya a desistir,
que al amparo de la lluvia desmenuce sus recuerdos,
reavivando antiguas estancias de realidad,
desterrado en latitudes calinas,
si conato de escriba con permiso de ser
entreabre unos labios rebeldes y consiente
que el estertor granulado le lama
los labios lacerando su piel,
ansiando su lengua
con el mutismo de una camisa
plisada que aguarda en un mueble ocre.

Una camisa que crepita,
revuelta y apuntalada de volutas;
una camisa que desafía al tiempo.


Creative Commons License

domingo, 21 de noviembre de 2010

Caucho

                       a Octavio Paz

Ilusiones de caucho expandido,
quizá ya sea tarde, quizá ya encontraste,
tus labios otros labios, por eso mismo mis recovecos
se doblaron hacia el encontronazo espumado,
no presintieron el rasguño de las rocas.

Quizá cese el tiempo
con su vaivén de boyante eterno
y sobre un espacio de calas limadas,
como la crin de un caballo de roble,
espolvoree serrín purpúreo
me disuelva en un pálpito de océanos.

Quizá nunca olvide quererte
y recuerde el viento
y respire su arrullo
y así vierta mi pulso oceánico
y sucumba
y perdone
al arrítmico rompeolas,
que parecía una boya de caucho.


Creative Commons License

domingo, 14 de noviembre de 2010

La habitación roja

               a Henri Matisse

Como a una muestra brutal,
una imagen recurrente
de besos palpables;
así te veo a ti,
cúspide aliada,
deslizándote y penetrando la noche.

En mi tibieza insomne oigo
la cercanía de tus senos áridos,
símbolos que enhebro
y capto con placidez.

Pero, ay, la ambigüedad cortés,
ese pilón deslucido lleno de peces
como anhelos rojos, ¿o de tantos colores?
No, son rojos, rojos de un sol descarnado
y aletas vacilantes
ya los blande el aire fatigado y cobrizo,
poetas albos, miríada de adoquines
que van curvando, rizando y besando aire
como un cortejo de nucas
o torsos que se ruborizan,
testigos y marismas de piel
en esta habitación roja y silente.


Creative Commons License

domingo, 7 de noviembre de 2010

Un alud / Una luz

Pero yo sé que un alud / una luz timbra nuestras vidas
de antemano; los espectros la duermen, los espectros
no la alcanzan.

Su llanto linda una paz o mora entre camelias
y un espesor de mirlos que se baten refugia al que huye
de sus encías doradas, de un fulgor de allende que arropa
pero inflige temor.

Yo sé que hay un alud / una luz:
su llamada
tangible
la intuí en tu mirada.


Creative Commons License

sábado, 6 de noviembre de 2010

Tríptico


Era pensamiento (deseo testado a ultramar) de un instante,
como el favor de un fuero lacrimoso, lamentablemente bello.

Era palabra (orgasmo voluble al deseo) de un transcurso,
como un axioma tangible privado de cuerpo.

Era acción (rebelde propiciatorio, deseo corrupto).

Era pensamiento,
palabra,
acción,
deidad apocada,
palabra de hombre,
hijo de su tiempo,
molusco jarreado,
bastardo cibernético.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Se truncó

Hasta hoy se asemejaba,
hoy he de olvidar esa idea nefasta
pero cómo impedir que se vierta mi sangre
si soy derrotado de antemano.

Sin más sentido que la vida alumbré un peñasco filiforme,
un rescoldo amedrentado,
la hoja mellada de ese peñasco dijo mi nombre,
me llamó por mi nombre,
constató mi presencia,
trascendiendo su forma la piedra habló,
esa misma piedra que rehusé del traqueteo de estaciones
dijo
que creerme en mí fue el más dulce fracaso, que creyéndome yo atosigué lo inútil arrojando una luz adiestrada, mecánica en su forma de penarías cuando lo evidente manaba de una vendetta delineada por un contorno de palmerales con toronjas de doble filo que surcaron la abisal transpiración del Mar Rojo, abatida de sangre de hijos cuya mirada batió la tierra plomiza de Valparaíso, sublimada por un machete que raja ahora, con la lucidez de un prófugo, un telar de mitos renqueantes.

Hasta hoy se asemejaba la poesía…
pero la vida es distinta, y la poesía, otra.


Creative Commons License