jueves, 3 de marzo de 2011

12

Huyo de ella,
en la mar hay algo
que hace de mí un detestable.

Yo, a su lado,
soy un disímil seco,
un ser tironeado por venas de agua,
encarado hacia el cielo
soy una casa a la deriva
inundada hasta la cintura
¡Y yo con mis manos demasiado pequeñas para achicarme!
Así me hundo más en la arruga,
en un desmadre terroso,
siempre arrodillado,
sobre el fango.


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